Los códigos QR, cuyo nombre proviene de “respuesta rápida” o “quick response”, no son más que una nueva forma de almacenar información codificada como ya hacen los códigos de barras actuales, con la salvedad de que su estructura mediante una matriz de puntos permite almacenar mucha más información que la que actualmente ocupa un código de barras tradicional.
La estructura del código QR ya es bastante familiar para prácticamente todo el mundo que ha llegado a verla en unas u otras publicaciones. El código QR consta de una superficie cuadrada, habitualmente blanca, sobre la que se coloca el código, habitualmente negro, y que está formado por una codificación de puntos colocados estratégicamente y en la que predominan tres cuadrados principales en las esquinas que indican al lector de códigos la orientación del mismo, por lo que es posible leerlos en cualquier sentido y el lector se encargará de “enderezarlo”.
Como hemos contado en la introducción, el código QR es actualmente la forma más popular de transportar información desde medios reales, por llamados de alguna manera, a medios digitales. Es decir, es la forma más rápida de hacer que nuestro smartphone reciba información de, por ejemplo, una revista o un cartel en papel, sin necesidad de sofisticados programas de reconocimiento de texto o similares. Sencillamente leemos el código QR con nuestro teléfono y la información contenida en el QR, que puede ser una dirección web, una tarjeta de presentación, o incluso largos códigos específicos para determinados programas, pasará a nuestro smartphone.
El código QR empieza a usarse mucho en publicidad para complementar la experiencia del usuario al visualizar la misma de forma que viendo un anuncio de perfume, por ejemplo, podemos conducir al usuario a una web específica adaptada a dispositivos móviles, a nuestra página de fans en facebook o cualquier otro perfil en redes sociales, o incluso permitir que descargue algún tipo de aplicación de la compañía. Es, como decimos, una sencilla y útil manera de traspasar la experiencia en el medio tradicional.
En muchas ocasiones se ven códigos QR en publicaciones digitales como en fondos de páginas web o anuncios y banners y surge la pregunta obligada, ¿por qué utilizar un código QR en un banner cuando es fácilmente reemplazable con un enlace a pulsar que hace todo el proceso más sencillo? La respuesta es también sencilla. Las páginas web y determinadas aplicaciones no están ya limitadas a dispositivos móviles de pequeña pantalla para uso personal. Las páginas web también se visualizan en tablets que no sólo estamos visualizando nosotros de forma individual, e incluso en televisores en los que estamos en familia. Locales, reuniones, pantallas en la calle. Cualquier exposición de una publicidad digital a un gran número de personas permite que cada una de ellas pueda escanear dicho código y completar la experiencia.
Algunas aplicaciones de descodificación comienzan a implementar utilidades más novedosas como la posibilidad de que nos conectemos a redes WiFi mediante la lectura de estos códigos en determinados locales. Con clave o sin clave, sólo necesitaremos leer un código QR para estar conectados a dicha red. Como vemos, las utilidades son casi infinitas.
Antes de usar un código QR deberemos crearlo. Para hacerlo hay decenas de web que ofrecen este servicio de forma completamente gratuita, es la gran ventaja de que los códigos QR sean abiertos y de patente libre. Una vez introducida la información que queremos que contenga nuestro código QR sólo debemos generarlo y listo, podremos descargarlo y pegarlo en tantas publicaciones físicas o digitales queramos.
Dado que un código QR es interpretado por las aplicaciones destinadas a ello en dispositivos móviles, y estos son por definición “inteligentes”, con un código QR podremos enviar cualquier tipo de información al smartphone y él se encargará de interpretarla de la manera más conveniente. Enviando una URL conseguiremos que se ejecute el navegador del smartphone, si enviamos coordenadas GPS conseguiremos que programas de mapas como Google Maps o de geoposicionamiento se activen de forma automática. Incluso que se ejecuten aplicaciones específicas si conocemos el código de ejecución, algo complicado ya que los sistemas operativos móviles son variados y cada uno contiene sus propias cadenas de ejecución.
Desde el lado del usuario, para usar un código QR sólo necesitaremos una aplicación que los descodifique (ahora os mostraremos algunas de las más famosas). Una vez con dicha aplicación instalada, la abrimos y seguimos los pasos que serán de lo más simples. En muchas de ellas el proceso es automático, acercamos la cámara de nuestro terminal al código y veremos el proceso de reconocimiento del código en directo, cómo se analizan los puntos y finalmente se nos muestra qué ejecutará el código. Bien una URL, bien una secuencia de comandos. Como vemos, la traducción de los códigos QR es muy sencilla.
Dado que el proceso de descodificación de los códigos QR es abierto, las aplicaciones que encontramos en las respectivas tiendas de nuestros sistemas operativos suelen ser gratuitos, incluso encontramos procesos de lectura de códigos dentro de aplicaciones como Airdroid que utiliza el código para autorizar el uso del dispositivo a través de la web.
Os vamos a comentar algunas de las aplicaciones Android más populares para la lectura de códigos QR.
Una de las más populares en su momento fue Barcode Scanner. Pese a que dicha aplicación tiene la capacidad de descodificar todo tipo de códigos de barras, incluidos los QR, es para estos últimos para lo que suele usarse con más frecuencia. Barcode Scanner es, como decimos, una aplicación gratuita y podéis descargarla desde Google Play desde este enlace.
QR Droid es también una muy buena opción para leer e interpretar los códigos QR desde nuestro móvil Android. Además de lectura de códigos QR tiene también la capacidad de crearlos desde la propia aplicación. Podremos compartir cualquier información desde nuestro terminal con la aplicación y ella se encargará de generar un QR y guardarlo como imagen en nuestra tarjeta SD. Sin duda se trata de una aplicación versátil y muy completa. Es gratuita pese a que tiene anuncios y podéis descargarla desde este enlace.
Pese a no ser la más popular, sin duda la más completa aplicación para leer códigos QR es Google Goggles. La aplicación de Google no sólo nos permite descodificar todo tipo de códigos QR y en otros formatos sino también realizar búsquedas de imágenes en internet a través del escaneo de una fotografía real para buscar semejanzas o identificar títulos de cuadros. Con Google Goggles también podremos reconocer lugares famosos mediante el escaneo de fotografías, también caras de famosos e incluso, atentos, resolver sudokus. Google Goggles es gratuita y podéis descargarla de Google Play desde aquí.